martes, 25 de septiembre de 2012

Martes, 25 de Septiembre de 2012

Hace meses que estoy escuchando un mensaje repetido desde diferentes esferas aludiendo a que el tras el 25-S se encuentran grupos fascistas de ultraderecha. María Dolores de Cospedal llegó a decir: “La última vez que yo recuerdo que se rodeara el Congreso, que se tomara el Congreso, fue por el intento del golpe de Estado”, en referencia al 23-F. Por otro lado, la delegada de Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes ha manifestado que la movilización también "está apoyada por grupos de ultraderecha, algunos de ellos, con una ideología muy cercana al nazismo".

Tengo que decir que siempre fui escéptico al respecto de estos rumores, pensé que esto se saldaría con una simple carga policial contra el enemigo. Siento decir que me equivocaba, efectivamente tras esta manifestación se encuentran grupos fascistas de ultraderecha que llevan años ocupando el parlamento de los diputados, esta manifestación está siendo usada por el gobierno para declarar un estado de excepción encubierto, en el que ciudadanos comunes están siendo tratados como terroristas, la policía está asaltando autobuses (han intervenido incluso los geos), registrando e identificando a cientos de ciudadanos indiscriminadamente, requisando objetos inofensivos preventivamente, deteniendo e imputando a aquellos que intentaron organizar o promover esta manifestación pacifica, acusándolos de delitos contra las altas instituciones del estado, que incluyen penas similares a las que recibieron algunos de los integrantes del 23-F, que se fueron a casita con un solo año de cárcel. Incluso se pueden ver a policías exhibiendo armas de fuego para "controlar" a una manifestación pacifica. Se están violando los derechos más básicos de los ciudadanos, criminalizando además sus acciones pacificas. Ya pocas cosas diferencian a nuestro país de una dictadura.


La maniobra ha sido minuciosamente preparada y sigue las mismas pautas de sus anteriores acciones. Con la ayuda de sus redes de comunicación y sus medios de propaganda, han vuelto a hacer creer a una parte de la ciudadanía que la legalidad vigente está amenazada por una manifestación popular convocada para el día de hoy en las inmediaciones del Congreso. Paradójicamente, son ellos los que la amenazan cuando dicen protegerla. No es la primera vez que lo hacen. Esta endeble excusa ya les sirvió antaño para catalogar al ciudadano de “enemigo” y al manifestante de “delincuente” y descargar sobre él la violencia policial. Ahora la utilizan para ir aún más lejos. Con la colaboración del Poder Judicial, cómplice de sus tropelías, han detenido preventivamente a ocho personas para evitarles la tentación de manifestarse y a cuatro por anunciar la manifestación de hoy con una pancarta. Se están sentando precedentes para detener preventivamente a cualquiera para acusarle de poder cometer un delito hipotético en un momento futuro.

"Lo que se está promoviendo por parte de algunos grupos es un cambio de sistema político, un cambio constitucional, un movimiento que, en mi opinión, pretende una involución política", ha dicho Cifuentes, y nuevamente no le falta razón, se está promoviendo la involución de la política de la corrupción y de la sumisión a los mercados, y se está luchando por un cambio constitucional que garantice el cumplimiento de los derechos humanos y la salvaguarda de la democracia, algo que nuestro gobierno está poniendo en peligro, pero como en el caso del 15-M, el 25-S no es más que una semilla que marca el punto de partida para generar nuevas estructuras de acción ciudadana, preocupadas por la deriva de nuestra democracia. Estimado lector, el Congreso es una tapadera, una tapadera que encubre al crimen organizado, y que sirve para disfrazar acciones propias de una dictadura, con una "democracia" en la que ya nadie cree.

Por tanto, toca organizarse, para crear aquí, en España, una nueva constitución, construida por los ciudadanos de este país, en la que se incluyan mecanismos de mecanismos de democracia participativa que garanticen que los ciudadanos puedan ejercer de forma plena su soberanía, participando de forma activa en la vida institucional, promoviendo mejoras vinculantes y teniendo la posibilidad de tomar decisiones en el día a día de nuestra democracia. Queremos una constitución que garantice además el cumplimiento de los derechos humanos, y la división de poderes. Queremos construir en definitiva, un nuevo marco jurídico que nos permita avanzar hacia un mundo mejor.

Para finalizar, quiero contar como ha terminado el día, a las 17:00 ya se produjo una detención en la plaza de Neptuno a un manifestante que denunciaba en voz alta la presencia de policía secreta. Un triste presagio que anticipaba lo que estaba por ocurrir, a media tarde la policía procedió como procedería cualquier régimen autoritario, con la realización de la primera carga violenta del día. Una carga cuyo único objetivo era provocar una respuesta ciudadana, una respuesta violenta, algo que no consiguieron, como podemos observar en la segunda imagen, donde podemos ver a los ciudadanos en actitud totalmente pacifica.




Esta primera carga no fue suficiente para ahuyentar a las decenas de miles de ciudadanos que se siguieron acercando a la plaza de Neptuno. Hasta que finalmente la policía puso en marcha el espectáculo que tenía preparado, para empezar se pudo ver una lamentable y vergonzosa obra de teatro, donde los policías infiltrados encendieron la mecha, no sin antes estar la prensa perfectamente colocada a ambos lados de la escena para que todos los periodistas allí presentes pudieran captar la instantánea, que curiosamente coincidía además con una retransmisión en directo de RTVE en horario de máxima audiencia.

Estaba lista la escena para sembrar el caos, con sucesivas y violentas cargas sin justificación alguna, en las que se llegarón a realizar emboscadas para que la gente no pudiese huir, se trataba en definitiva de sembrar el pánico para que a nadie se le volviese ocurrir volver a despegarse de su sillón. Las cargas se extendieron incluso hasta el interior de la estación de Atocha, en las cuales se llegaron a implicar agentes de Seguridad Privada, concretamente, Grupos Especiales de Intervención Rápida de la empresa LPM Seguridad, también llamados X-Men, extralimitándose claramente en sus funciones. Ha habido decenas de detenidos y heridos. Son cientos, por no decir miles, los vídeos que inundan las redes sociales con pruebas que confirman la existencia de policias infiltrados entre los manifestantes violentos, una de las más evidentes es el siguiente vídeo donde uno de ellos se delata ante las cámaras.



Triste final previsible por otro lado, y que nos demuestra una vez más los argumentos que tiene el poder establecido para mantener su legitimidad ante los ciudadanos, que no son otros que la violencia, las mentiras y la manipulación.

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