martes, 7 de septiembre de 2010

Las reglas del juego

Desde el principio de los tiempos, más allá de donde el hombre comenzó a escribir su historia, las sociedades han ido estableciendo tradiciones, costumbres, protocolos de actuación social, procedimientos operativos de trabajo,... basados en la experiencia, en las relaciones sociales entre individuos, condicionadas por los sentimientos y las necesidades primarias. Todos estos entramados sociales han ido evolucionando para adaptarse a los cambios producidos por el desarrollo científico y tecnológico de nuestra civilización.

Pues bien, estamos en 2010, hoy existen excavadoras con capacidades de producción superiores a 2000 m3 hora, volquetes capaces de transportar más de 250 Tn., ordenadores de sobremesa capaces de realizar en cuestión de segundos cálculos que ningún hombre podría realizar a lo largo de toda su existencia, hoy cualquier ciudadano puede volar por los cielos a más de 900 km/h, y así podríamos estar días enumerando los grandes logros de nuestra civilización.

Sin embargo, a pesar de todos estos avances, llegamos a trabajar incluso más que cualquier cavernícola de aquellos que no sabían ni escribir. De hecho, me imagino al cavernícola rascándose la barriga después de un buen día de caza, acariciando a su esposa, jugando con sus hijos, con una cara de felicidad que muchos envidiarían.

Entonces, ... ¿Que ha pasado durante todos estos años para que el cavernícola tuviera más tiempo para rascarse la barriga que nosotros sin toda esta tecnología? Es sin lugar a dudas una pregunta difícil de contestar, que no hace sino poner un interrogante más sobre el sistema político y económico en el que vivimos.

Vivimos en un sistema en el que además cientos de países viven sometidos a la miseria y explotación por parte de los gobiernos occidentales, en el que no se duda en destruir un país para controlar sus recursos naturales, en el la gente es despojada de su derecho más fundamental, el de un trabajo digno, gente que en definitiva es apartada del juego, del sistema, para que la gente que escribe la reglas del juego pueda vivir mejor.

Esta es la dictadura del capitalismo que el señor Gabilondo reconoció en sus informativos.



Y también podría significar la caída del capitalismo pronosticada por Iñaki si nosotros decidiésemos no asumir el coste de la crisis que actualmente estamos viviendo.



Pero la realidad es que ya estamos asumiendo ese coste, hemos subvencionado a bancos y grandes empresas, y vamos a seguir haciéndolo, 5 millones de personas carecen de trabajo solo en España, quedando excluidas del sistema, miles de familias han sido desahuciadas de su vivienda por este motivo, quedándose sin vivienda y sin el fruto de su trabajo, que durante años han empleado luchando por pagar su hipoteca. Se va a aumentar la edad de jubilación, relajar las condiciones hacia el despido libre, privatizar la sanidad, y un largo etc.

En definitiva, estamos pagando de nuestro bolsillo la quiebra técnica del capitalismo, asumiendo el coste de rescatar a un sistema que nos estaba esclavizando, sonriendo ante nuestro propio colapso financiero, el de la clase trabajadora.

Vivimos en una democracia que no funciona, una democracia en la que los partidos políticos discrepan en todo menos en lo fundamental, a lo largo de la historia han pasado miles de personas por la cúspide de la pirámide, y sin embargo nadie ha podido hacer nada, los grandes poderes dominan a nuestros gobernantes como quien le ofrece un caramelo a un niño. Realmente ha llegado la hora de cuestionarse si los corruptos son nuestros gobernantes, o si el corrupto es el sistema, después de tanto tiempo resultaría irónico que ninguna persona honrada halla pasado por el trono, sobre todo teniendo en cuenta que estamos hablando de sistemas democráticos, por lo que me inclino a pensar que la corrupción viene del sistema, un sistema piramidal en el que si no cumples las reglas del juego nunca llegarás a gobernar, en el que cada persona tiene indicada una función para colaborar en el sostenimiento del sistema.

Y ante todo esto que podemos hacer, a mi modo de ver solo existe una solución, abandonar la pirámide, asumir el control del gobierno desde la base, interviniendo en las decisiones injustas que se nos proponen, mediante el VOTO DIRECTO sobre las decisiones del parlamento. La solución por tanto está en nuestras manos:

Salvemos a los corruptos de su avaricia, ofrezcamosles DEMOCRACIA PARTICIPATIVA

2 comentarios:

  1. Muy buena reflexión.

    Supongo que las transformaciones normalmente nacen de un estímulo. Hoy en día, ese estímulo es muchas veces el dinero. Así se justifican muchos de los avances que has descrito.

    Sin embargo, más democracia no tiene por qué ser más dinero y, es más, los que realmente tienen dinero suelen tener miedo a perderlo con este tipo de asuntos. Y así estamos donde estamos...

    Me recuerda, aunque no tenga nada que ver, al tema de que en un deporte como el fútbol, donde se mueve tanto dinero, la tecnología vigente para detectar el fuera de juego sea un tipo con una banderita. Pues bien, casi aseguraría que si alguien vislumbrase que cambiar esa tecnología iba a dar dinero, no tardaría nada en cambiar, pero si sólo es por que sea un sistema más justo u otras consideraciones basadas en ideales no monetarios, no se mueve un dedo. O no?

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  2. Efectivamente, el principal estímulo que existe hoy en día es el dinero, sin embargo nos hemos olvidado del objetivo principal del dinero, que no es otro que el de facilitar los intercambios comerciales.

    Curiosamente el capitalismo trajo consigo otra contribución negativa del dinero a la sociedad, y que no es otra que la especulación, que no solo dificulta los intercambios comerciales, sino que trae consigo una enorme burocracia que desemboca en un coste social muy elevado, aparte de la acumulación de grandes fortunas que favorecen los desequilibrios sociales y la perpetuación de las oligarquías en el poder.

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